El País más vacío del mundo

Como un regalo de Reyes anticipado, en este comienzo de 2024, fichamos –entre los varios libros de cada martes-  este que os voy a presentar.

                “El País más vacío del mundo: Crónica de tres años en Mongolia”

             Su autora, Elena Alonso Fraile, es una escritora, nacida en Bilbao, pero viajera por muchos países del mundo; acompaña a su marido Stefan Duppel, embajador de Alemania en todos ellos. Anoto, para empezar, que las contadas y exquisitas fotos son de él… ¡vaya pareja interesante!

                Pero, antes de seguir, hay un dato que hace de este libro desconocido para mí, y que comprenderéis enseguida, uno que me llega al corazón. Os copio el breve mensaje de la contraportada:

“Este volumen que tienes entre tus manos es el ganador del III Premio “Eliezer ben Alantansi” de Narrativa de Libros de Viajes y Experiencias Viajeras (2022)” (¡Qué nombre más raro tiene este premio!, pienso en mi primera lectura.

                Con este premio reconocemos la labor de Eliezer ben Alantansi como impresor en la 1ª imprenta hebrea de Aragón (1481-1491) y la 2ª de España, su amor por los libros y la difusión del nuevo invento de la época, la imprenta. (Ahora me emociono un poco más ante esta figura, porque mi cuarto apellido es Jordán… y después Pomar… Apellidos tan judíos).

                Pero hay todavía un 3er. Dato: este libro se ha publicado en mi ciudad de Teruel, en la Editorial Dobleuve y en la imprenta Perruca, mi librería de toda la vida…

                Con estas emociones y esta “atención amorosa” (como recomiendan los contemplativos) empiezo la lectura y de un tirón, en unas pocas horas, me sumerjo en su contenido. Es un libro de viajes –pero no una guía para turistas rápidos y sus selfis- sino la presentación de un país, de unos paisajes, de una historia, de unas personas vivas, intensas, de una cultura… a lo largo de 183 páginas.

                Con mano maestra y lenguaje sencillo, Elena nos ofrece sus tres años de estancia en el país: destaca la integración en él como profesora de español en la Universidad (con 3 alumnos y de ellos solo una alumna durante todo el tiempo); y algo extraordinario, como invitada adscrita para cantar en el coro de Teatro Nacional de la ópera. Pero, sobre todo, sobresalen los encuentros, el del niño Batuhan, a la puerta de su yurta en los arrabales de la capital, que, misteriosamente, cierra también el libro… No desvelo el hilo que une los dos capítulos, porque es muy emocionante y no quiero estropear la sorpresa. El director del mismo, es otro de los personajes y muchos más… junto a las numerosas fiestas…

                Al hilo de las estaciones –sobre todo en primavera, cuando amainan las temperaturas de vértigo bajo cero- nos ofrece los viajes, bien acompañada por expertos, a las distintas zonas del inmenso país. Así conocemos la capital, Ulán Bator y alrededores, las montañas del Karakorum, las llanuras con las yurtas de los pastores de ganados…

                Escuchamos las conversaciones, las miradas, las preguntas y respuestas. Y todo nos ofrece un mundo nuevo, desconocido para nosotros y tan lleno de humanidad que nos envuelve y nos llena de energía.

                Así, al terminar mi lectura me sobrecoge la sensación de haber sido mirada por esos ojos, de niños, mujeres, adultos, y de haberme enriquecido, impregnada por tanta vida y tanta belleza interior.

                De esta lectura hago una recomendación apasionada.

                                                                                                                                                                                Carmen Romero

                                                                                                                                                                                 Teruel 4 de Enero de 202